Éxodo


Estos días son para los judíos y los cristianos de la celebración del Éxodo, la salida de Egipto hacia el Mar Rojo, al Oriente. En dirección opuesta, en el Desierto Occidental, al borde del oasis de al-Jarga y solo a 1,5 km del Templo de Hibis (único templo persa conservado en Egipto) se encuentra una de las necrópolis cristianas más antiguas, Bagawat.


Sobre el cerro de Guebel el-Teir se extienden, en ocho grupos de tumbas, los restos del gran cementerio de Bagawat. Debió estar en uso ya hacia el siglo III pero creció cuando se asentó alrededor del oasis de al-Jarga una comunidad cristiana de nestorianos. Y hay construcciones todavía del siglo VIII.


Parece ser que Nestorio (c. 386 – c. 451), condenado como hereje en el Concilio de Éfeso y depuesto como Patriarca de Constantinopla en el 431, acabó su días aquí después de una vida agitada. Una incursión de blemios (blemias o blemitas) le hicieron prisionero, ya anciano, y no pudo resistirlo. Es muy probable que lo enterraran en Bagawat.


No ha de extrañarnos que Nestorio no resistiera la invasión. De los blemios y otros temibles habitantes de esta zona de África había hablado así Plinio:
Algunos han situado en medio del territorio deshabitado a los atlantes, y junto a él a los egipanes, medio fieras, a los blemias, ganfasantes, sátiros e himantópodas. Los atlantes, si creemos lo que cuentan, son una degeneración de las costumbres humanas. En efecto, entre ellos no existe el empleo de nombres propios y contemplan reunidos, con terribles imprecaciones, la salida y la puesta del sol, como algo pernicioso para ellos mismos y para sus campos, y durante el sueño no tienen las mismas visiones que los demás mortales. Los trogloditas excavan cuevas, éstas son sus casas; comen carne de serpiente y usan un silbido, no la voz: hasta ese punto carecen de la posibilidad de comunicarse con palabras. Los garamantes, carentes del matrimonio, viven sin reglas fijas con las mujeres. Los augilas adoran solo a los espíritus infernales. Los ganfasantes, desnudos y desconocedores de la guerra, no tienen trato con ningún extraño. Se dice que a los blemias les falta la cabeza, y tienen la boca y los ojos puestos en el pecho. Los sátiros no tienen ninguna costumbre humana, aparte de su figura de hombre. El aspecto de los egipanes es como se pinta generalmente; los himantópodas son una especie de cojos cuya forma de andar es reptando. Los farusios, antes persas, se dice que fueron los compañeros de Hércules cuando se dirigía a las Hespérides. Y respecto a África no se me ocurren más cosas dignas de mencionar (Plinio, Historia natural, V, 44-46)
En Bagawat dos de las capillas funerarias muestran aún en su interior el tipo de frescos que debieron tener en su mayoría. El revoque externo —seguramente blanco— que cubría los ladrillos de barro, sin embargo, lo han perdido ya todas. Por las escenas representadas en la bóveda, a una de estas dos edificaciones se la conoce, precisamente, como Capilla del Éxodo, del Pesaj, que hoy se conmemora. Son escasos los símbolos cristianos en todo el cementerio; abunda, desde luego, la cruz «anj», pronto adoptada por los coptos.

«Capilla del Éxodo. Se la considera una de las más antiguas de toda la necrópolis. Sus pinturas
primitivas, que consisten en escenas del Antiguo Testamento, temas cristianos y varias
cruces anj sugieren que pertenece a la primera mitad del siglo IV. Da una
vívida imagen de una tumba cristiana de aquel período»







Ampliad las imágenes para ver los detalles. Hay primero algunas imágenes del Templo
de Hibis, y más abajo los frescos de la «Capilla de la Paz».



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